Cuando se trata del afeitado, las brochas son un elemento que muchos consideran opcional, sin embargo, para los fieles al afeitado clásico, son esenciales para conseguir la espuma perfecta. Hay mucho donde elegir, con opciones para todos los presupuestos, desde las más asequibles hasta las más lujosas, pero todas necesitan ser limpiadas y mantenidas.
Independientemente de lo que hayas elegido, las brochas de afeitar pueden ser una gran inversión a largo plazo si se cuidan adecuadamente.
El mantenimiento de tu brocha de afeitar no es difícil, pero hay algunos matices específicos y muy sutiles, que puedes poner en práctica para que tu brocha, y en particular el nudo de la misma, duren lo máximo posible.
La limpieza de la brocha comienza evitando la penetración del jabón en profundidad; esto se consigue sin apretar en exceso durante la carga de jabón, ni durante la creación de la espuma. Una vez terminado el afeitado, enjuagar la brocha con agua tibia, sacudir el exceso de agua con movimientos de muñeca y colgar en su soporte.
El afeitado en húmedo con maquinillas clásicas es más económico que el uso de las maquinillas desechables, sin embargo, hay que prestar especial atención a sus consumibles (cuchillas, brocha y jabón o crema).
El buen uso de los consumibles es primordial, ya que son los costes recurrentes en los que más dinero acabarás gastando con el tiempo. Por lo tanto, preservar el nudo de la brocha, te ahorrará dinero a lo largo plazo.
Carga de la brocha y aplicación de la espuma
Un buen mantenimiento de una brocha de afeitar comienza con un uso correcto de la misma. Durante el proceso de espumado y aplicación en el rostro es imperativo no ejercer una fuerza excesiva sobre el cuenco.
Aunque es tentador aplastar la brocha para sacar la mayor cantidad de producto, esto causa problemas en el futuro. Una gran parte de la longevidad de las cerdas de tu brocha de afeitar depende de su capacidad para aguantar firmemente tanto la carga como la aplicación de una buena espuma.
Ya vimos en otro artículo, exfoliar la piel levantando el vello y eliminando piel muerta, es muy importante de cara al afeitado. Además, una vez que pruebas el masaje facial que proporcionan las brochas no querrás renunciar a él por nada del mundo.
Sin embargo, cuando utilices tu brocha de afeitar, existe un equilibrio entre preservar la longevidad de la brocha y maximizar la experiencia placentera que recibes.
Hemos visto a muchas personas maltratando las brochas apretando demasiado, especialmente contra el mentón, lo que hace que las cerdas centrales “se ricen” y el nudo se abra.
Recuerda que cuanto más agresivo seas en la carga de jabón o crema en las cerdas de la brocha, más está tensión y daño estás causando. Además, el jabón que penetra hacia el nudo no hace espuma por lo que estás desaprovechando producto.
Limpieza de la brocha de afeitar
Después del buen uso de la brocha, el aclarado de la misma es lo siguiente que marcará el buen estado y la longevidad de la misma.
Recuerda siempre usar utiliza agua tibia para limpiar el exceso de crema de afeitar, espuma o jabón. Y sobre todo, al hacerlo, no estrujes, retuerzas o tires de las cerdas, hacerlo puede dañar más rápidamente el nudo de la brocha.
Sólo tienes que hacer correr el agua por las cerdas de la brocha para asegurarte de que todo el jabón o la crema se eliminan por completo.
A continuación, realiza un movimiento de sacudida vertical (con giro de la muñeca como se ve en la imagen de abajo) para eliminar todo el exceso de agua que puedas, pero siempre evitando tocar las cerdas con las manos.
Recuerda que, tanto en el proceso de carga como en el de lavado, no dejes que tu brocha de afeitar se exponga a agua demasiado caliente. El agua caliente puede deshacer el pegamento que mantiene unida la brocha. Este es probablemente el error más frecuente que arruina una brocha más rápido de lo necesario.
Secado extra de la brocha con un peine y una toalla
Lo más difícil ya lo hemos conseguido. Con los dos pasos anteriores habremos conseguido usar la brocha sin maltratarla y eliminar toda la espuma sin dañar las cerdas.
Pero a veces, pese haber hecho todo correcto, las cerdas de nuestra brocha parecen apelmazadas o retorcidas.
Para solucionar este problema, debes buscar un peine y peinar poco a poco tu brocha, de afuera a dentro para separar las cerdas.
Una vez estén todas desenredadas y separadas, sacude la brocha en una toalla; como si estuvieras limpiando la toalla con la brocha pero sin apenas presión.
Una vez hecho esto la brocha debería tener este aspecto:
Cómo guardar la brocha de afeitar
Todavía me pregunto por qué las brochas traen una base plana… si hicieran esa base ovalada, nadie cometería el grave error de dejar su brocha con las cerdas mirando hacia arriba.
Si no dejas las cerdas poca abajo pueden ocurrir varias cosas muy negativas, relacionadas con el agua que se acumula en la base del nacimiento del pelo de la brocha:
- El agua se filtrará en las cerdas, lo que hará que éstas se desprendan más rápidamente del nudo al dañar el pegamento que las mantiene unidas.
- El exceso de agua hará que haya más bacterias en la brocha. Esto no es ideal por dos razones a) no quieres estar frotando esos microbios en tu cara y b) dichos microbios pueden hacer que la brocha tenga un olor no muy agradable, y piensa que la vas a frotar contra tu cara y bajo tu nariz.
- Si el mango es de madera, la filtración de agua hacia el interior del mango pudiendo erosionar y pudrir más rápidamente la madera del mango de la brocha.
La solución a estos problemas de exceso de humedad en la brocha de afeitar son sencillos:
Guarda tu brocha con el mango hacia arriba y las cerdas apuntando hacia abajo, y la mejor manera de hacerlo es comprando un soporte para brochas de afeitar.
Sólo tienes que asegurarte de que el mango de tu brocha de afeitar encaja en la muesca del soporte. No todas las brochas son compatibles con todos los soportes, por lo que lo ideal es que mires la ficha técnica del producto o preguntes al proveedor.
El secado al aire es el más beneficioso para las cerdas de la brocha, por lo que ni pienses en usar un secador de pelo o ponerla encima de una estufa o radiador. Si no tienes un soporte, se recomienda dejarlas apoyadas con las cerdas hacia abajo encima de una toalla seca para que absorba las gotas de agua que vayan escurriendo.
Una limpieza profunda una vez al mes
¿Como se hace una limpieza profunda a una brocha de afeitar? Trata la brocha como tu propio cabello, de esa forma podrás usar un champú normal para eliminar aceites y otros residuos que puedan quedar.
Al igual que con los aclarados regulares, no uses agua caliente, tan solo agua tibia.
Llevo comprando, probando y coleccionando productos de afeitado clásico (y eléctrico) por más de 5 años. Esto me ha permitido adquirir un conocimiento detallado sobre diferentes técnicas y productos de afeitado. En este blog, comparto este conocimiento a través de reseñas detalladas, consejos prácticos y guías para principiantes.
Mi objetivo es ayudar a otros hombres a mejorar su experiencia de afeitado y encontrar los productos de afeitado más adecuados para ellos.